Inteligencia Artificial Como Nuevo Fenómeno Cultural

Tratando de cultivarnos al respecto de la inteligencia artificial por medio del portal web educativo e informativo IAHoy, nos enfocamos en el cómo se ha convertido en todo un hito cultural del cual todos hablan, pero que no todos tratan con el debido respeto y equilibrio.

Y no lo decimos tanto por los equipos computacionales y lenguajes o modelos de IA generativa que se desarrollan, sino el respeto propio de cada usuario que llega a verse agobiado por los cambios radicales que se han suscitado con la implementación de la AI, o que no le saca el provecho o incluso, se aprovecha tan en exceso que le delega el 98% de las acciones y termina sin aprender ni un ápice.

Esto ha desequilibrado tanto a los procesos de aprendizaje como al tratamiento social. Algunos ofrecen villas y castillas y sólo delegan en un prompt el cómo se verá una imagen, una publicidad, un material audiovisual o un código que será parte de una aplicación o web por la cual se pagó mucho y lo que le brindaron fue un resultado casi que al azar.

inteligencia artificial
 

Ser culturalmente correctos al utilizar la inteligencia artificial

Al leer IA HOY, notamos que se enfocan en enseñar cómo utilizar con ética y verdadero sentido de la oportunidad a estas herramientas de diseño y creación digital, reforzando esos conocimientos con información adecuada y actualizada sobre los avances en los distintos tipos de inteligencia artificial generativa.

Esta tarea titánica se debe extrapolar a los usuarios que utilizan sus sistemas operativos Android, Apple, Amazon, Microsoft en cualquier dispositivo, para que en vez de tener “mayordomos digitales”  (por no decir esclavos), tengan ayudantes y compañeros computacionales que saben aprender de los usuarios.

Y sí el poder sociocultural de los usuarios se enfoca en lo más alto, lo ético y lo preponderante de los valores humanos, la misma IA terminará aprendiendo y más que censurar o excusarse al brindar resultados, entenderá cómo tratar los asuntos más delicados de la manera más salomónica posible, casi que emulando  a la conciencia humana (sin llegar a ella, sólo emular para mantener el equilibrio de las cosas.

 

Lo que podría aprenderse

De la pintura se aprendió a la captura de las emociones y virtudes; de la escultura, el alcance del cuerpo humano y sus acciones; de la música, la nobleza y comunión de los humanos.

Y ahora, que consideramos a la inteligencia artificial el hito cultural de este siglo y de los siguientes quizá -con su evolución-, podríamos considerarle el balance de los aprendizajes teórico – prácticos, algo que -y perdón por el juego de palabras- en teoría se ve muy bien y en extremo necesario, pero que muy pocos han sabido poner en práctica.

Para que la artificial intelligence (AI) subsista, se requiere a la humanidad. Y para que la humanidad prosiga debe tratar de no extinguirse desde sus mayores raíces: Mente, alma, corazón y acción. Esto conlleva a no permitir que sea la IA la que haga todo por uno, sino que uno sea su supervisor, solicitante, aliado, corrector y quien aumente con su propia naturaleza, sapiencia y creatividad, lo que esta herramienta puede lograr.

Ha sido la inacción y el encierro lo que acabó con las sociedades, como ocurrió con los incas, que crearon muros para alejar a los enemigos pero a su vez no permitieron la entrada y salida del conocimiento, quedándose atrás hasta su final.

El encierro y el uso exclusivo de la inteligencia artificial puede ser el fin de las tradiciones culturales y de la interacción social, tal cual la conocemos, haciendo que las personas sean cada vez más gregarias y propensas a ser débiles ante quienes pueden manipular la situación de letargo causado por encerrarse en el predio de la IA y no cohabitar con otras personas.

 

Sacar lo mejor de ella

Quien tiene buena educación y motivación, no se duerme en sus laureles y sabe darle uso adecuado y a la medida a las herramientas que se le presentan. De allí que haya personas que se encarguen de enseñar, informar y estimular un uso adecuado de esta herramienta computacional de avanzada como lo hace IA Hoy.

También de quienes se dejan ayudar por modelos automatizados que complementan el flujo de tareas no para que la gente se estanque porque alguien las haga por él, sino para ampliar el abanico de acciones y poder tocar otros rubros e ideas que además de generarle el dinero para ser solventes, les ayude a trascender en su propia inteligencia lógico – matemática así como en su inteligencia emocional.

Toda persona que es parte de una cultura, sabe que el engranar los conocimientos y herramientas en ro de ayudarse y ayudar a los demás, mantiene a la sociedad despierta, útil, estable y con ímpetus de seguir creciendo.

Y sí cuentan con el apoyo de maestros, ingenieros, creadores de contenido y conocedores de la IA como los responsables de IA Hoy, la verdad es que la inteligencia artificial puede pintar al futuro de colores y no de color cromo como se ha mostrado en novelas futuristas que han sido referentes de lo que serían los tiempos por venir.

Ahora hay otro apoyo para ser más culto y poder ser un ciudadano universal como lo permite la inteligencia artificial. Lo que se necesita es el interés y la entereza para darle un uso comedido, responsable y ético por demás.

Lcdo. Argenis Serrano - Culturistech 

Fred Gwynne (Herman Munster): La risa en la tristeza

fred gwynne


En el año de 1955, la escena de Broadway se rindió ante un talento singular. Un caballero de impresionante estatura, rozando los 1.98 metros, se presentó en una audición para la obra La señora McThing. Este era Fred Gwynne, cuya humildad contrastaba con su porte, una cualidad tan innata como su profunda y cautivadora voz de barítono. A pesar de presentarse con unos pantalones prestados, demasiado largos y deshilachados —un humilde amuleto de suerte—, su presencia llenó el teatro. Apenas había comenzado a leer cuando un murmullo de admiración recorrió la sala: "Ese es nuestro hombre". 

Este fue el acto de apertura de una trayectoria profesional y vital extraordinaria, un camino que, si bien desató la carcajada de millones, mantuvo en silencio el duelo de su propio corazón.

Antes de que su rostro fuese sinónimo de maquillaje verde y tornillos en el cuello, Gwynne fue un verdadero erudito de Harvard. Se graduó de esta prestigiosa institución y fue una figura central: fungió como editor del icónico periódico satírico The Harvard Lampoon y entonó melodías como cantante en el grupo a capella The Krokodiloes. Su genio no se limitó a las tablas; fue un consumado pintor y dibujante de cómics, colaborando con publicaciones de alta alcurnia como The New Yorker. Un amigo de aquellos días lo recordaba con reverencia: "Esperabas chistes, pero él te daba filosofía, con suavidad".

Su escalada a la fama fue metódica. Su espíritu cómico brilló en la serie Auto 54, ¿Dónde estás? (1961), pero fue la piel de Herman Munster la que le concedió la inmortalidad. Herman era un coloso de aspecto intimidante, sí, pero de alma noble; un monstruo tierno que reía con la inocencia de un niño y amaba con la devoción de un padre. Gwynne solía precisar: "Herman no era tonto. Solo intentaba encajar en un mundo que no lo comprendía del todo".

Lamentablemente, cuando las luces de la comedia se apagaron, Hollywood se reveló cruelmente miope. Los directores de casting fueron incapaces de vislumbrar al actor más allá de la máscara del monstruo. Con una punzada de amargura, Gwynne confesó: "Cada vez que me presentaban a un papel serio, me decían: 'Te queremos, pero no podemos tener a Herman Munster en este papel'".

La frustración culminó en una audición a fines de los años 70. Un productor, con un suspiro resignado, le dijo: "Fred, eres maravilloso, pero Herman está sentado justo ahí contigo". Gwynne, con una sutil sonrisa y la dignidad de un rey, se levantó y replicó con humor intacto: "Entonces, deja que Herman salga de la sala". Y con esa frase, abandonó la escena y el yugo del prejuicio.

Se refugió en el escenario teatral, en la serenidad de sus lienzos y en la escritura de libros infantiles. Sus obras, con títulos ingeniosos como El rey que llovió, eran cuentos extravagantes donde las palabras bailaban y la risa se convertía en bálsamo. "Los niños entienden lo que los adultos olvidan", musitó una vez, "que el juego es sagrado".

A pesar del olvido parcial de Hollywood, su grandeza como persona no menguó. A finales de los 80, a la salida de un restaurante, un joven actor le solicitó consejo. Gwynne no solo lo atendió, sino que lo invitó a sentarse y conversó con él por más de una hora. Le aconsejó con la dulzura de un mentor: "No dejes que el mundo te diga quién eres. Un papel termina. Tú no". Y culminó, como si describiera su propia filosofía: "El truco está en seguir creando, incluso cuando nadie te ve".

Su regreso triunfal al cine se dio en 1992 con Mi primo Vinny, donde su brillantez impasible como el Juez Chamberlain Haller asombró al público. Esa ceja levantada y su control dramático recordaron a todos que el gigante podía dominar cualquier escena con un mero susurro.

Fred Gwynne nos dejó en su casa de Maryland el 2 de julio de 1993, a la edad de 66 años. Su partida no tuvo la parafernalia de Hollywood, sino la paz de quien se ha reconciliado consigo mismo. Dejó lienzos sin terminar y libros que continuarían deleitando a los niños.

Una vez, declaró: "La risa es mi forma de hacer las paces con el mundo". Y quizás, al final, con esa última y noble actuación, lo consiguió.

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🖤 El corazón silencioso del artista: datos adicionales de Fred Gwynne

Además de sus múltiples talentos, la vida personal de Fred Gwynne estuvo marcada por la adversidad.

  • Dolor Personal: El humor de Gwynne era a menudo una fachada para su dolor. En 1965, mientras estaba en la cúspide de la fama con Los Munsters, su hija, Brooke, falleció trágicamente a causa de un accidente en la piscina. Este evento devastador lo sumió en una profunda tristeza que arrastró durante años. Continuó trabajando en el set, pero el contraste entre la risa forzada de Herman Munster y su dolor real fue un tormento silencioso.
  • Servicio de Guerra: Antes de Harvard, Gwynne interrumpió sus estudios para servir a su país. Se alistó en la Marina de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, donde ejerció como operador de radio a bordo de un cazasubmarinos.
  • Matrimonio y Legado: Estuvo casado dos veces, primero con Foxy Leech, con quien tuvo cinco hijos. Su segundo matrimonio, con Deborah Flater, en 1988, le brindó paz en sus últimos años.
  • Artista Visual: Su habilidad artística iba más allá del hobby. A lo largo de su vida, vendió varias de sus pinturas y dibujos en exposiciones de arte, y su estilo era reconocido por su sencillez y calidez, muy similar a la de sus libros infantiles. Su arte fue un escape y una vocación tan seria como la actuación.

 

🧛 Curiosidades de Fred Gwynne en Los Munsters

  • El origen de la risa de Herman: La risa inolvidable de Herman Munster, que sonaba como un aullido exagerado, no era algo ensayado; Gwynne la creó en el momento y se convirtió en una de las marcas registradas más queridas del personaje.
  • Maquillaje agotador: El proceso para convertirse en Herman Munster era extremadamente arduo. Fred Gwynne pasaba casi cuatro horas en la silla de maquillaje para que le aplicaran el pegamento, las piezas protésicas, el maquillaje y la gruesa y pesada chaqueta de espuma.
  • Memorizando el guion: A pesar de las largas horas bajo el maquillaje y las prótesis, Gwynne nunca usaba tarjetas o prompters. Demostraba un compromiso total con su arte al memorizar sus líneas perfectamente.
  • La amistad con "Lilly": Gwynne forjó una profunda amistad con la actriz Yvonne De Carlo, quien interpretaba a su esposa, Lily Munster. Se apoyaron mutuamente durante las exigentes jornadas de grabación y los desafíos personales.
  • Zapatos elevados: Para que Herman luciera aún más imponente y monstruoso al lado de su esposa (Yvonne De Carlo medía 1,63 m), Fred Gwynne usaba unos zapatos con plantillas especiales. Esto elevaba su altura total a más de 2 metros, acentuando la cualidad de gigante gentil del personaje.

Lcdo. Argenis Serrano

La Música Coral: Una Tradición Universal que Resuena en los Corazones

La música coral ha sido una parte integral de la expresión humana a lo largo de la historia, transcendiendo fronteras culturales y generacionales.

la música coral

Desde las antiguas civilizaciones hasta la actualidad, los coros han servido como un medio poderoso para unir a las personas a través de la armonía y la belleza de la voz humana.

Este arte coral no solo enriquece las tradiciones musicales de diversas culturas, sino que también juega un papel crucial en la preservación y transmisión de la herencia cultural.

 

La Diversidad de la Música Coral en el Mundo

La música coral es increíblemente diversa, reflejando la riqueza y la variedad de las culturas que la han adoptado.

En Europa, los coros eclesiásticos y las tradiciones de canto gregoriano han moldeado la música coral, mientras que en África, las voces polifónicas y los ritmos complejos crean una experiencia única.

En América Latina, la influencia de la música indígena, afroamericana y europea se fusiona en coros que celebran la identidad y la resistencia. En Asia, desde los cánticos budistas de Japón hasta los coros de canto diphónico de Mongolia, cada región aporta su propia interpretación y estilo.

 

El Impacto y la Relevancia Actual de la Música Coral

A pesar de los cambios en la música contemporánea, la música coral sigue siendo relevante y vibrante. En la era digital, los coros encuentran nuevas formas de expresión, desde los conciertos virtuales hasta las colaboraciones internacionales a través de plataformas en línea.

Además, la música coral es reconocida por sus beneficios psicológicos y sociales, promoviendo la cohesión comunitaria y el bienestar individual. Hoy en día, los coros continúan evolucionando, adaptándose a nuevas tendencias y desafíos, asegurando que esta hermosa tradición continúe resonando en los corazones de las personas de todo el mundo.

Y recuerden, una vez que han cantado en un coro, nunca dejan de ser coralistas y ello, ya instalado en su ADN, influye en muchos aspectos de su vida personal de manera positiva.

Por lo tanto, sí deseas retomar la fuerza en tu vida, canta en un coro.

Y si jamás has cantado en coros, pero te gusta cantar, date la oportunidad de esa experiencia. Cada ensayo, cada vez en tarima, todo compartir, hará que tu alme se solace y se eleve. Porque allí radica la magia de la música coral, que incluso puede darle más y mejor vida a las canciones modernas que no han sido bendecidas con mejores arreglos.

Porque cantar, sana…

Lcdo. Argenis Serrano

Los Héroes de Cómics con Mayor Capital Cultural y Social

El conocimiento es poder. Ese podría ser el eje o atractivo de una biblioteca, museo, centro de estudios, cyber café o incluso una tienda de cómics México, USA, España, Finlandia, etc., porque a propósito de los cómics, en ellos se han reflejado diversas facetas humanas entremezcladas con los poderes o habilidades que los héroes de cómics explotan en sus dos espectros de identidades secretas (persona común y héroe).

El universo del cómic está poblado por figuras con habilidades extraordinarias, pero un grupo selecto de héroes destaca tanto por su fuerza o superpoderes, como por su inmenso capital cultural, social e intelectual.

Estos personajes suelen moverse en las esferas más altas de la sociedad, poseen doctorados, manejan múltiples idiomas y tienen redes de contacto que se extienden desde la política global hasta los círculos académicos de élite. Su riqueza es monetaria y a la par de una vasta erudición y una influencia social que a menudo es tan crucial para salvar el día como sus trajes o gadgets.

los héroes de cómics
 

Los héroes de cómics con mayor capital cultural y social

T’Challa (Black Panther)

Pocos personajes personifican mejor la fusión de intelecto, realeza y riqueza cultural que T’Challa, el Black Panther de Marvel. Como rey de Wakanda, T’Challa es monarca y líder de la nación tecnológicamente más avanzada del mundo. Su capital cultural es incomparable y se desglosa así:

Gobierna una nación que ha permanecido oculta del mundo, acumulando conocimientos y tecnología sin parangón, dándole una perspectiva única sobre la geopolítica y la historia.

Posee un Ph.D. en Física de Oxford, lo que le permite comprender e impulsar la ciencia de su país, además de ser un estratega militar y político magistral.

Su rol como Black Panther es ceremonial y religioso, conectándolo con las tradiciones y el patrimonio histórico de Wakanda, lo que le confiere una profundidad cultural y un sentido de responsabilidad ancestral.

Su posición le permite interactuar con los líderes mundiales como un igual, a menudo superándolos en conocimiento y recursos, haciendo de él el arquetipo del héroe-monarca.

 

Bruce Wayne (Batman)

Aunque Bruce Wayne es popularmente conocido por su inmensa riqueza, su verdadero poder social y cultural reside en su entrenamiento enciclopédico y su influencia filantrópica. El alter ego de Batman invirtió años de su vida en viajar y estudiar en las instituciones más exigentes y bajo los tutores más especializados del mundo.

Es un polímata, un experto en múltiples disciplinas que van desde la criminología forense, ingeniería, química y artes marciales de élite. Habla numerosos idiomas y es un experto en historia y culturas mundiales.

Como el rostro público de Wayne Enterprises, Bruce tiene acceso a los círculos sociales más exclusivos de Gotham y del planeta, lo que le permite obtener información, influir en la política y la economía sin levantar sospechas.

A través de la Fundación Wayne, financia proyectos de desarrollo urbano, investigación científica y causas benéficas que le otorgan una legitimidad social que oculta su vigilancia nocturna.

Su nivel cultural se manifiesta en su capacidad para infiltrarse en cualquier entorno social o intelectual, desmantelando crímenes que requieren un profundo entendimiento de la psicología humana y la tecnología avanzada.

 

Stephen Strange (Doctor Strange)

El Doctor Strange es uno de los héroes de cómics que representa el capital cultural llevado a la esfera de lo místico. Antes de convertirse en el Hechicero Supremo, Stephen Strange era un neurocirujano brillante, lo que ya lo situaba en la cumbre de la élite médica con un intelecto privilegiado y un dominio de la ciencia.

Su transformación lo llevó a renunciar a la ciencia por la magia, pero su intelecto se mantuvo. Aprendió y dominó las artes místicas, acumulando un saber esotérico que abarca dimensiones, realidades y textos antiguos. Su "biblioteca" es el Sanctum Sanctorum, un depósito de conocimientos ocultos inigualable.

Strange es el guardián de la Tierra contra amenazas interdimensionales. Su comprensión de la física cuántica, la cosmología y la filosofía supera con creces el conocimiento terrestre.

Sus aliados y enemigos son entidades cósmicas y dioses, lo que le otorga un "capital social" que opera a una escala cósmica, consultando a seres de poder infinito.


Los héroes de cómics que son titanes del intelecto y la tecnología

Michael Holt (Mr. Terrific)

Michael Holt no posee superpoderes inherentes y su título se basa enteramente en su intelecto de "tercer nivel", siendo catalogado como la tercera mente más brillante del Universo DC (detrás de Lex Luthor y Batman). Holt es un atleta olímpico, polímata y empresario multimillonario.

Posee catorce doctorados en campos tan diversos como ingeniería, física, derecho, y es un maestro en múltiples idiomas. Su capital social proviene de su reputación como un genio altruista y tecnólogo de punta, lo que le permite liderar organizaciones como la Justice Society of America con autoridad moral e intelectual.

 

Tony Stark (Iron Man)

Tony Stark es entre los héroes de cómics, la personificación del genio, el playboy y el filántropo. Su riqueza se cimenta en su genio inventivo como ingeniero autodidacta. Posee múltiples títulos de ingeniería y física de MIT, habiéndose graduado summa cum laude a una edad precoz. Su capital cultural se refleja en su dominio de la tecnología de vanguardia y su habilidad para influir en la política global a través de Stark Industries y su rol dentro de Los Vengadores. Su influencia es tal que puede dictar el ritmo del desarrollo tecnológico mundial, convirtiéndolo en un actor social y cultural de peso incalculable.

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Lex Luthor, el antihéroe de la excelencia cerebral

Si bien es un villano y enemigo de los héroes de cómics de DC Comics, es imprescindible incluir a Lex Luthor en esta lista, pues su poder es puramente intelectual, social y económico. Luthor es la contraparte oscura de esta élite: un genio científico y magnate industrial cuya inteligencia se considera la más grande del Universo DC. Posee una vasta formación en ingeniería, física y ciencias políticas. Su capital social es inmenso: a través de LexCorp, controla gran parte de la economía global, ha sido Presidente de los Estados Unidos, y es un mecenas de las artes y las ciencias. Luthor utiliza su conocimiento y su estatus social como un arma, demostrando que el capital cultural y la influencia pueden ser herramientas para el dominio -si así lo deseas-, como para la salvación -si así lo deseas-. 

Los héroes de cómics demuestran que el verdadero poder no reside nada más en lo físico, sino en la acumulación de conocimiento, la posición social estratégica y la profunda comprensión del mundo. Son elocuentes, sofisticados y sus mentes son tan letales (o más) que sus puños, redefiniendo lo que significa ser un "superhéroe" en la era moderna.

Lcdo. Argenis Serrano - Culturistech 

Elementos culturales japoneses presentes en el Manga

Ya de por sí el manga es una demostración de la cultura japonesa, tanto de su visión integral del mundo en la ficción a manera de abrir espacios de interacción que bien han calado en Occidente desde los años 60 del siglo XX.

Tanto el honor, la educación, virtudes y la polisemia de la palabra se encuentran unidas en imágenes y textos poderosos que hurgan de manera adecuada sobre las energías, talentos y cruces existenciales de la raza humana, incluso cuando sea expuesta por seres antropomórficos, alienígenas humanoides, deidades o máquinas que se transforman en extensiones del pensar y sentir de sus ocupantes.

Las aventuras, sinsabores, desparpajos, displicencias, enfoques unilaterales o de gloria, son tocados magistralmente en el manga y es por ello que, -en este lado del planeta- haya más de una tienda de mangas en Colombia, Panamá, México, España, Francia, Portugal, Argentina, Chile e incluso Estados Unidos, exhibiendo colecciones completas de los títulos más o menos demandados en el mundo, que han cautivado a hombres y mujeres de cualquier edad, por igual, al ser una amasijo de sentimientos, acciones y posibilidades únicas.

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Sobre los elementos culturales japoneses en el manga

El respeto, amor, y patriotismo se presenta en cualquier colección de mangas, ya que la misma cultura japonesa se encuentra atada al honor, la dignidad, el misticismo y un muy bien hilvanado uso de la lógica.

Por ello y con el mayor de los gustos, los mayores escritores de manga han incluido de manera sutil pero muy palpable diversos elementos culturales japoneses que aparecen de forma recurrente en sus creaciones, cuya sola presencia o explicación en los diálogos conecta de manera real a cada tradición, simbolismo y narrativa visual del país nipón.

Entre los más recurrentes elementos de la cultura japonesa que contemplamos en el manga, tenemos:

Yūrei (fantasmas japoneses), que son los espíritus vengativos o errantes con cabello largo y blanco, ropa funeraria y una presencia melancólica. Aparecen en mangas de horror, misterio o romance sobrenatural.

Oni (demonios tradicionales), criaturas con cuernos, piel roja o azul, y fuerza brutal que representan el mal, pero también aparecen como protectores o figuras cómicas en mangas de acción y comedia.

Shintoísmo y Kami (deidades), descritas en los templos, rituales, y espíritus de la naturaleza son comunes. Los mangas suelen mostrar interacciones con kami, como en Noragami o Spirited Away.

Festival del Obon, recurrente su uso en el manga como en el animé esta celebración para honrar a los ancestros. Se representa con linternas flotantes, yukatas y bailes tradicionales, evocando nostalgia y conexión espiritual.

Mochi y comida tradicional como el famoso ramen (sopa ramen), onigiri y bento, que aparecen constantemente como fondo cultural y como parte de los momentos íntimos o tragicómicos entre personajes.

Conejo de la luna (Tsuki no Usagi) Basado en la leyenda del conejo que vive en la luna haciendo mochi. Referenciado en Sailor Moon y Dragon Ball, simboliza sacrificio y ternura.

Tatamis y casas tradicionales, infaltables en cualquier publicación de manga ya que son escenarios caseros, con sus puertas corredizas, futones y jardines zen que reflejan la vida cotidiana japonesa y el contraste entre tradición y modernidad.

Uniformes escolares y vida estudiantil, esto es el vínculo en el manga entre Oriente y Occidente, pero de manera silenciosa y en ocasiones, excitante. El sistema educativo japonés, con clubes, exámenes y jerarquías sociales, es un pilar narrativo en géneros como shōjo, shōnen y slice of life.

Hanami (contemplación de flores de cerezo), para los momentos más románticos o recuerdos, las escenas bajo los cerezos en flor simbolizan nuevos comienzos, belleza efímera y momentos románticos o introspectivos.

Kimonos y Yukatas la vestimenta tradicional usada en festivales, ceremonias o momentos especiales. En el manga, suelen marcar transiciones emocionales o culturales.

Dojo y artes marciales, se vinculan con frecuencia en el manga de vidas reales o enfocados en artes marciales o nobleza, al ser los espacios de entrenamiento donde se enseñan valores como disciplina, respeto y superación. Son comunes en mangas de acción y deportes.

Ukiyo-e y estética visual es -aunque no se perciba sin saber del detalle- la influencia del arte tradicional japonés en el estilo gráfico del manga, especialmente en fondos, patrones y composición.

Onsen (baños termales), sea para el bien o para el mal, ya es una especie de cliché el uso de estos escenarios recurrentes para relajación, comedia o desarrollo de personajes, ya que estos lugares en Japón representan purificación física y emocional.

Lcdo. Argenis Serrano - Culturistech 

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